«Entendí que debemos encauzar y educar para la igualdad también en los ámbitos más sutiles desde el lenguaje grupal, la actitud totalmente integrativa, construyendo igualdad y jamás distinción ni separación»
Una reflexión sobre el 25N por Lourdes Alarcón Zamora.
Todas las personas cargamos con situaciones más o menos pesadas por condicionamientos sociales, familiares, económicos, religiosos…pero las mujeres seguimos llevando un peso extra, algo que hasta nosotras alguna vez hemos consentido o normalizado.
Creemos que porque estemos en un país aconfesional, del primer mundo y en el que legalmente no se nos puede negar acceder a los puestos de trabajo que deseemos, cursar los estudios que prefiramos o practicar el deporte que más nos apasione, no existe una presión y desigualdad implícita y normalizada. Tengo cuarenta años y he podido acceder, como toda mi generación, a los estudios que quería conseguir y practicar los deportes que amo. Sin embargo tuve que convivir siempre con los comentarios: «no te metas que estámos hablando de cosas hombres» «no te enteras porque eres mujer» » hoy estás con la regla» «eres buena, tienes fuerza de chico» «si haces ese deporte eres una marimacho» «venderías más si llevaras más escote» de mis entornos más cercanos, profesionales y deportivos.
Descubrí que al final no reaccionaba a esos comentarios, asumí que es algo inmutable y que te dicen por hacer la gracia de un cliché, pero un día miré atrás y vi a las niñas, jóvenes que tienen ganas de correr como niñas, de levantar pesas como mujeres, que quieren lograr retos vitales y apasionarse con lo que hacen, con la vida que deseen forjarse y sin tener que escuchar los viscosos y despreciativos comentarios sobre su género, asociados a la fuerza, a la resistencia, la capacidad intelectual y habilidades personales y sociales. Exactamente igual, ni más, ni tampoco menos. Entendí que debemos encauzar y educar para la igualdad también en los ámbitos más sutiles desde el lenguaje grupal, la actitud totalmente integrativa, construyendo igualdad y jamás distinción ni separación. Todavía queda mucho camino, muchas víctimas físicas y una sociedad con discriminaciones de máquina de café. Confiemos en el camino recorrido y trabajemos para continuar hacia una verdadera igualdad de todos y todas.
Lourdes Alarcón Zamora
Secretaria de Organización de Chiva Somos Todos.