Hola, soy Julio Girón Gama, vecino de urbanización Las Pedrizas, conductor profesional. Conduzco un trailer y formo parte de un equipo de transporte formado por 36 compañeros de la misma empresa. Embarcamos todos los días a las Islas Baleares, llevando alimentación y artículos de primera necesidad (División Barco).
Soy enlace sindical y delegado de prevención y riesgos laborales. Conocía a Cristina desde hacía tiempo, algunos años. Siempre la vi una persona muy implicada con los ciudadanos y sus necesidades, así como con su municipio.
Y bueno, pues me habló de un proyecto llamado «CHIVA SOMOS TODOS» y me pareció muy interesante. Me presentó con un equipo de personas que quieren cambiar la política municipal, yo la percibo todavía lejana la ciudadano y tanto gris. Mi intención siempre ha sido construir una política por y para todos los vecinos de Chiva, TODOS son distinción: casco urbano, urbanizaciones y diseminados.
Y aquí estoy, compartiendo equipo con gente joven, con ilusión y tremendamente preparada y formada para afrontar, cada uno en su área, los retos que se nos presenten en el camino pero con un programa electoral bien definido y estudiado.
Esperando ser merecedores de vuestra confianza y poder hacer realidad los proyectos que llevamos en nuestro programa, os escribo embarcado estas líneas para que me conozcáis un poco mejor.
Mi ilusión era cerrar nuestra candidatura de 25 personas y mis compañeras y compañeros me concedieron ese placer.
Muchas gracias.
Me llamo Rafael Lanza, soy dibujante creativo, especialista en Artes Gráficas. Fotógrafo industrial y publicitario, fui empresario y junto a mi mujer, hemos acompañado a Cristina Suárez durante varias legislaturas; diré el motivo de porqué estamos aquí, no sin antes remontarme a tiempos pasados: soy valenciano de nacimiento y Chivano de adopción; llegue a Chiva en 1963, vecino de Vista Alegre y compartí varias peñas hasta la definitiva con Pepe Morea.
Eran tiempos que Chiva era un referente en la comarca, los jóvenes teníamos inquietudes y queríamos un pueblo mejor, fundamos un centro de reunión en el bajo que el cura nos cedió, excursionismo, biblioteca y lectura, música con los discos del momento, baile e infinidad de actividades; y el primer grupo de teatro del cual pinté los primeos decorados. Pancartas de la Mañanica de Pascua, garrotes, abanicos, presentaciones, nombramientos hasta jurado de cabalgatas. Es por eso que nadie me tiene que contar nada de lo que fue Chiva y su entorno, la Sierra en su totalidad, las simas, sus fuentes llenas de vida, los algarrobos centenarios, el merendero de Pierres (tío de Cristina), la báscula en la plaza, los quioscos y su fuente manando agua sin parar sin dejarme los tres bares, El Rincón, El Canario y El Madrileño. Esto no es la sombra de lo que fue.
En algunas cosas el pueblo ha mejorado, en tamaño, en habitantes, pero creo que en su conjunto hemos perdido identidad y ya no somos referentes de nada.
Aquí entra en juego Cristina Suárez, tenaz, disciplinada, emprendedora, luchadora hasta lograr su objetivo, que no es otro que Chiva en su conjunto mejore y mejoremos todos. Ya no somos Chiva pueblo, somos 25 núcleos poblacionales que sumamos 50+50 de su población.
Hemos formado el mejor equipo que podía apoyarla de todos los lugares de Chiva y diferentes ideas y pensamientos, mucha gente joven y emprendedora, pero con un referente común, remar todos en una misma y única dirección y con una característica común: muchas ganas de trabajar.
No somos de despachos, nos gusta pisar la calle y Cristina la primera, y escuchar a la gente. Por eso fundamos Chiva somos todos, sin lastres de partidos que nunca nos han aportado nada, salvo la foto de turno para sus intereses.
Nuestra familia ya hace 17 años que vivimos aquí permanentemente y mi nieta es chivana, así que lucharemos para dejarle un lugar mejor para nuestros hijos y nietos de todo el término porque Chiva somos todos.
Muchas gracias.